miércoles, 11 de junio de 2014

Donuts

Por fin saco otro ratito para subir la receta de mis donuts que con tanta insistencia me han pedido algunas de mis amigas.

Esta es otra de esas recetas que esconden una pequeña y curiosa historia detrás, y es que conseguir esta receta me costó perseguir a una de las monjas de la guardería en la que estuvieron mis hijos como si fuera una loca poseída por el ansia de devorar donuts a todas horas. De esto ya han pasado unos cuantos años y no recuerdo el nombre de la monjita que tan amablemente me facilitó la receta, aunque no tengo muy claro si al final lo hizo por aburrimiento o por compasión, como tampoco tengo muy claro que no se guardara algún secretillo con respecto a ella, porque, mira que habré hecho estos donuts veces, pero a mi nunca me saben tan ricos como los que hacía aquella bendita mujer.

El caso es que cuando mi hija Laura iba a la guardería, en todas las fiestas que se organizaban comíamos unos riquísimos donuts que hacía una de las monjitas. Recuerdo que sacaban enormes bandejas repletas de donuts que todos los asistentes perseguíamos como poseídos, y cogíamos los donuts de dos en dos, pero es que se tardaban en comerse menos tiempo que en cogerlos, jajajajaja. Resultaba curioso ver a todos los padres con la boca llena mientras que los niños nos miraban con extrañeza por observar aquella curiosa imagen de padres que no hablaban porque no disponían de una boca libre con la que articular una sola palabra. Y luego, aquel tropel de madres persiguiendo a aquella pobre monja suplicándole que nos diera la receta de aquellas maravillosas rosquillas que sabían a gloria, pero siempre recibíamos la misma respuesta: Si os doy la receta, dejaréis de venir a las fiestas de vuestros hijos..., como si aquello fuera posible, jajajajaja.

Yo perseguí a aquella mujer durante dos años, y por fin un día, en un sobrecito blanco reciclado, me regaló aquella maravillosa receta que durante algún tiempo casi memoricé. Años después, cuando mi hijo fue a la misma guardería, aquella monja ya no estaba, y aquellos maravillosos donuts dejaron de ser la estrella rutilante de la fiesta; nunca más los volví a comer en fiesta alguna de la guardería, aunque en casa, los suelo hacer con cierta frecuencia, y siempre que los hago me viene a la memoria aquella hermosa monja, menudita y morena, de origen Indio que nos hablaba en un español medio chapurreado y con un fuerte acento, con una amplia sonrisa que iluminaba toda su cara. Aunque en su día ya se lo agradecí personalmente, quiero desde aquí hacer un homenaje a aquella mujer. GRACIAS.

Bueno, y ya que os he contado la historia, ahora os voy a enseñar como hacer ESTOOOOOO


INGREDIENTES: Con las cantidades que enumero a continuación podréis hacer unos 12-14 donuts. Yo duplico las cantidades porque en casa vuelan y además suelo hacerlos coincidiendo con visitas de amigos de mis hijos.

- 300 gr de harina (podéis utilizar harina normal o de fuerza,  o una mezcla de ambas)
- 60 gr de mantequilla en punto pomada
- 60 gr de azúcar blanca
- 1 huevo mediano
- 15 gr de levadura fresca
- Ralladura de limón y/o naranja al gusto
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 125 ml de leche tibia
- Fideos de colores para decorar (opcional)
- Glasas: Las recetas de la glasa blanca y de la de chocolate las teneís en la entrada anterior, AQUÍ
- 1/2 litro de aceite para freir los donuts (yo uso para esto aceite de girasol)


ELABORACIÓN:

Rallamos la cascara de nuestro limón y/o naranja.


Añadimos a nuestra azúcar la ralladura y la nuez moscada y mezclamos bien para que se integren los tres elementos




Disolvemos la levadura en un poco de leche tibia y reservamos



Tamizamos la harina y hacemos un hueco en el centro a modo de volcán, y añadiremos la mantequilla en pomada, la mezcla de azúcar con la ralladura y la nuez moscada, el huevo y la levadura desleída en leche y amasaremos






Yo comienzo trabajando la masa en un bol grande, y cuando ya están casi integrados los ingredientes, paso a trabajar la masa sobre el mármol enharinado.

Continuamos añadiendo la leche a muestra masa y amasando la mezcla hasta que los ingredientes estén integrados, momento en el que pasamos a amasar sobre el mármol que hemos enharinado. Si la masa resulta pegajosa, añadimos poco a poco más harina hasta que deje de pegarse en nuestras manos





Una vez que nuestra masa es homogénea y no se nos pega a las manos, preparamos unas bandejas con papel encerado para evitar que nuestros donuts se queden pegados a las mismas y la extendemos con la ayuda de un rodillo, formando una lámina de unos 2 cm de grosos, y con la ayuda de nuestros cortadores circulares, o en caso de no tener cortadores, de dos vasos (uno más grande para el exterior, y uno pequeño, para hacer el agujero interior), cortamos nuestros donuts que iremos depositando en la bandeja que previamente hemos cubierto con el papel de hornear.




Los restos o recortes de la masa, los juntamos, amasamos, hacemos nuevamente una lámina y volvemos a cortar, así hasta terminar con toda ella.
Cubrimos nuestras bandejas con un paño (preferiblemente blanco) y dejamos reposar los donuts en un lugar templado, sin corrientes de aire para que leven al doble de su tamaño. Yo normalmente los introduzco en el horno, y en invierno que hace más frío antes de introducir las bandejas en el horno para que leven lo caliento a la temperatura mínima que me permite el horno.


Una vez que nuestros donuts ha levado duplicando casi su tamaño, procedemos a freir en una sartén con abundante aceite. Una vez doraditos los dejamos escurrir el aceite extra sobre papel absorbente




Una vez que nuestros donuts están fríos es el momento de proceder a glasearlos, bañándolos en la glasa de nuestra elección. Con la glasas elaborada siguiendo la receta tendremos suficiente para bañar los donuts resultantes de esta receta.

Si usamos glasa de chocolate,solo bañamos el donut por uno de sus lados. Si empleamos la glasa blanca, remojaremos los donuts por ambos lados. 





Una vez bañados, y antes de que las glasas se sequen, podemos decorar los donuts con fideos de colores, o de chocolate, y ya estarán listos para comer.

Buen provecho




lunes, 9 de junio de 2014

Glasas con base de mantequilla

Hoy os traigo un pequeño básico que os va a resultar muy útil porque es un elemento en repostería con una gran versatilidad y que cuenta con una pequeña variedad de sabores; os estoy hablando de las GLASAS.

Las glasas, son preparaciones que se usan en reposteria para cubrir y/o adornar la superficie de algunas pasta de té, rosquillas, pasteles, petisús, relampagos, etc...

El denominador común de todas ellas es el uso del azúcar glas para su elaboración, pero a este ingrediente se adicionan otros que son los que nos van a dar los diferentes sabores o tipos de glasas, y dependiendo de ellos, les vamos a dar un uso u otro.Por un lado, tenemos las glasas cuya base o soporte es la clara de huevo, hoy en día sustituida por unos polvitos especiales que encontrareis en tiendas especializadas en repostería y que os facilitaran bastante su elaboración, al tiempo que eliminan el riesgo de la tan temida salmonela o por claras de huevo pasteurizadas que encontraréis en muchos supermercados. Así, tenemos la conocida glasa real que es la utilizada por regla general para la decoración de esas maravillosas galletas tan de moda en estos tiempos. También tenemos la glasa de limón en la que la base del azúcar glas es como su nombre indica, el zumo de limón, y la de chocolate muy utilizada para bañar pastas de té o rosquillas, donuts, relampagos ... Si adicionamos a la preparación un poquito de café, obtendremos otra glasa muy rica empleada con frecuencia para decorar y dar una nota de sabor a los petisús y relampagos, y también tenemos otra glasa conocida como glasa blanca en la que se prescinde de sabores y aromas.

Sin embargo, hoy me voy a centrar en dos glasas, cuya base no es la clara de huevo, sino la mantequilla, por un lado, una glasa de chocolate, y por otro una glasa blanca, y ello, porque en mi próxima receta os voy a explicar como hacer unos riquísimos donuts, y estas son las que utilizo para bañarlos.

En otra entrada os subiré la receta de glasas con base de clara de huevo, según la receta de mi madre, pero las de hoy, son más simples y fáciles de elaborar, aunque con un resultado a paladar que no tienen nada que envidiar a las tradicionales. Esta receta de hoy está extraída de un vídeo de Alma Obregon para el programa patrocinado por Azucarera española, antes de ver esta receta, hacia las glasas a ojo, sin pesar ni medir las cantidades de los ingredientes. Disculparme que no ponga el enlace, pero hace tanto tiempo que tome la receta que para incluir el enlace tendría que volver a ver casi todos los vídeos, y el tiempo de que dispongo no es tanto como para perderlo así porque así.

Bueno, y sin más dilaciones os voy a explicar como hacer estas glasas.

domingo, 8 de junio de 2014

Flan ligero de queso

A ver, que alguien me explique el motivo por el cual la dichosa operación bikini nos tiene que privar a los golosos de comer algo dulce y rico, riquísimo, o porque los diabéticos no pueden disfrutar de un exquisito postre sin poner en riesgo su salud?, a ver, alguien me lo puede decir???, yo creo que para todo hay soluciones, así que como entre mi familia y amigos hay un buen número de diabéticos, y como yo también necesito quitar esos kilitos que se han acumulado en mi persona debido a los excesos del invierno, pero no estoy dispuesta a hacer una dieta exenta de todas aquellas cosas que me gustan, he decidido versionar mi postre favorito para poder darme un capricho después de una sanísima comida, así que he tomado la receta del flan de queso de mi amiga Elba (madre mía, es la segunda versión que hago de este flan), le he quitado todo lo que huele a grasa, la nata y el azúcar,para obtener un riquísimo flan con todo el sabor a queso, nada de azúcar y muy pocas grasas.


No os voy a engañar diciendo que está tan rico como el flan de queso normal, estaría mintiendo porque para mi, donde se ponga un postre con todas sus grasas y su azúcar, no se pone un postre descremado y edulcorado, es que les cambia hasta la textura, pero, en muchos casos, salud manda, así que como se suele decir, a falta de pan, buenas son tortas, y el que no se consuela, es porque no quiere, jajajajaja.

Lo que si os diré es, que pese a las limitaciones descritas, el flan satisface tanto el deseo de algo rico, como el deseo de algo sano, y para mi, también cubre mi mono por comer un riquísimo flan de queso,  así que digamos y concluyamos que es perfecto.

Y sin más dilaciones, vamos al lío, jajajaja

INGREDIENTES: Para aproximadamente ocho flanes individuales ( dependiendo del tamaño de vuestros moldes)

- Una tarrina (500 gr ) de queso fresco batido desnatado
- 8 quesitos ( tipo el caserío) light
- 350 ml de leche (yo he usado entera porque en casa no usamos la desnatada)
- Un sobre de polvos para hacer cuajada ( 12 gr aproximadamente)
- Edulcorante al gusto: puede ser stevia, sacarina (líquida o en polvo) o el edulcorante que habitualmente uséis. Yo he empleado stevia, aproximadamente unos 30 gr y 1/2 cucharadita de edulcorante líquido.

Opcionalmente:

- Caramelo líquido tipo royal
- Galletas tipo maría (yo no he usado porque no tenía, mis hijos dieron buena cuenta de ellas, jajajaja)



ELABORACIÓN:

En un vaso o jarra ponemos nuestro queso fresco batido, los ocho quesitos, 125 ml de leche y el edulcorante y batimos con la batidora eléctrica, hasta obtener una mezcla completamente homogénea.






Ponemos nuestra mezcla en un cazo y llevamos a fuego lento a ebullición, sin olvidarnos de remover la mezcla de cuando en cuando.


Mientras que nuestra mezcla llega a ebullición, tomamos otro vaso, ponemos en él el resto de leche y el sobre para cuajada y batimos con ayuda de la batidora eléctrica. Reservamos la mezcla y procedemos a preparar los moldes de nuestros flanes. Si quieres usar caramelo líquido, vierte una pequeña cantidad en cada uno de ellos y extiéndela. Si eres diabético, es obvio que debes prescindir de este ingrediente, y si lo que quieres es perder algo de peso, te recomiendo que uses la menor cantidad posible. Yo he usado lo justo para cubrir el fondo del molde, he incluso he extendido bien la cantidad vertida usando mi maravilloso dedito, jajajajaja.





Cuando nuestra mezcla de quesos llega a ebullición, retiramos del fuego y añadimos la mezcla de leche con cuajada que habíamos reservado, mezclamos con la batidora durante un minuto y volvemos a llevar el cazo a fuego hasta llegar nuevamente a ebullición. No olvidemos remover la mezcla de vez en cuando para que no se agarre al fondo del cazo. Dejamos nuestra mezcla hervir durante unos minutos al fuego, transcurridos los cuales, retiramos y distribuimos en nuestros moldes. En este momento, si quieres, y una vez que has llenado los moldes puedes poner una galleta tipo maría sobre el flan. Yo como os dije no las tenía, así que en este caso no hay galleta.





Dejamos templar un poco los moldes y cubrimos con papel film. Llevamos a la nevera durante aproximadamente tres o cuatro horas.


Pasado este tiempo, y ya bien fríos, podemos desmoldar nuestros flanes para lo cual nos serviremos de un cuchillo de punta que pasaremos por los bordes del flan y, ya estará listo para ser degustado. Si quieres puedes acompañar el flan con unas fresas, u otros trozos de fruta, a tu elección.



jueves, 5 de junio de 2014

Galletas integrales de mantequilla de cacahuete

Por Dios, es increíble lo rápido que pasa el tiempo, y más aún cuando tienes saturación de tareas para ocupar el que no destinas a dormir, comer, asearse o cuidarse.En fin, por fin consigo sacar un rato para dedicar a poner orden en este recetario mio que con tanta ilusión empecé, y antes de que mis hijos me empiecen a agobiar con sus típicas peticiones de tiempo ocioso, os voy a contar el secreto de las ricas galletas integrales de mantequilla de cacahuete que nos comimos hace unos días.



La historia de estas galletas comienza hace unas tres semanas cuando fui al supermercado en el que acostumbro a comprar un bote de sirope de caramelo estilo toffee, al menos esa era mi intención, pero como la gran mayoría de las veces en que tengo esa intención, me quedé con las ganas; el hueco donde deberían de estar estaba completamente vacío, pero justo al lado había una enorme colección de botes de mantequilla de cacahuete, y recordé que en el libro de Alma Obregón había una receta de galletas en la que usaba esta mantequilla, mantequilla que yo, por otra parte no había comido jamás, así que me dije, pues si no hay toffee, me daré el capricho de probar esta mantequilla de la que tanto abusan los americanos. Así que dicho y hecho, después de pasarme quince minutos intentando decidir cual de aquellos botes sería el mejor, cogí uno, lo pagué y me lo traje a casa conmigo

Lo siguiente fue mirar en el libro de Alma su receta, pero tras comprobar la cantidad de calorías que tiene la dichosa mantequilla, decidí buscar en la red a ver si encontraba otra receta que fuera un poquito más ligera de ingredientes, así que busqué y busque, pero nada, todas las recetas que encontraba eran recetas cargaditas de calorías y yo no terminaba de decidirme por ninguna de ellas. Al final me arme de valor y decidí crear algo, que aunque cargado de calorías, porque la mantequilla de cacahuete es una bomba calórica, tuviera algún ingrediente un poco más sano y ligero. En primer lugar, decidí utilizar harina integral, y en base a esta elección fui jugando con el resto de ingredientes y las cantidades, y el resultado final he de decir que fue muy satisfactorio. A mi marido y a mi hijo les encantaron, a mi hija sin embargo, y como dicen que suele ocurrir con esta mantequilla, le horrorizaron, jajajajaja.

Si vosotros queréis juzgar, no tendréis más remedio que probar a hacerlas, así que no me enrollo más y os voy a dejar con la recetita y el paso a paso. Prometerme decirme que os parecen si os animáis a hacerlas.

INGREDIENTES:

- 100 gr de mantequilla
- 150 gr de mantequilla de cacahuete
- 130 gr de azúcar de caña
- 50 gr de azúcar blanco
- 200 gr de harina integral de trigo
- 1 huevo mediano
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 y 1/2 cucharadita de cacao en polvo
- Fideos de chocolate para decorar


ELABORACIÓN:

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

Tamizamos la harina con el bicarbonato y el cacao en polvo y reservamos



Batimos la mantequilla con el azúcar blanco y el moreno hasta que obtengamos una crema homogénea



Añadimos la mantequilla de cacahuete y seguimos batiendo hasta que esté completamente integrada


A continuación añadimos el huevo y lo integramos completamente en la mezcla


En este momento añadimos nuestra harina tamizada con el bicarbonato y el cacao y mezclamos hasta obtener una masa homogénea


Llevamos nuestra masa a la nevera y dejamos reposar durante 45 a 60 minutos, transcurridos los cuales, sacamos de nuestra nevera, tomamos porciones de aproximadamente el tamaño de una nuez con las que hacemos bolitas que luego aplastamos ligeramente, decoramos con algunos fideos de chocolate y ponemos sobre una bandeja cubierta con papel de horno




Horneamos durante 12-15 minutos, transcurridos los cuales, sacamos del horno, dejamos templar durante cinco o diez minutos en la bandeja. Luego las pasamos a la rejilla hasta que se enfríen por completo.



Os recuerdo que cuando horneamos galletas es conveniente colocar nuestras bandejas en el horno en la posición intermedia y hornear de una en una las bandejas, de ese modo evitaremos el tener que abrir e intercambiar las bandejas a mitad de cocción.

Y ya están frías y listas para ser devoradas.





Pues hasta aquí la receta dulce de hoy. Espero que os guste y disfrutéis con estas riquísimas y calóricas galletas tanto como lo hemos hecho en casa.

Besos para todos.